viernes, 15 de febrero de 2008

¡URGENTE:FRENAR LA DECADENCIA!

Especial para “Informativo Rural” de Trenque Lauquen

Para abrir los ojos a la realidad, conviene repasar secciones especiales de los diarios, de esas que traen información que no trasciende en las tapas o en los medios audiovisuales, más interesados en relatos policiales que no tienen fin.

Por eso, con la cosecha gruesa en puertas o ya comenzada, hay datos que los productores no deberían pasar por alto:
El 85% de los granos se mueve por camión.
Sobre un total de 230.000 camiones, 150.000 tiene un promedio de antigüedad de 25 años.
En el presupuesto nacional se prevé un faltante de gasoil cercano al 15% de la demanda, lo que obligaría a importar 2.3 millones de m3 del combustible. La Argentina paga a Bolivia 6 US$ por millón de BTU y Brasil negoció por US$ 4,6.
ENARSA, la empresa energética estatal que nació sin patrimonio, invertirá sumas millonarias en nuevas cuencas petroleras de Ecuador, mientras aquí, la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) en un informe de agosto de 2007, lleva a la justicia una denuncia por la que alerta sobre la falta de procedimientos e información en dicha sociedad que “atentan contra el mantenimiento de un eficaz sistema de control interno”, entre otras cosas.
Sólo el 15% de la cosecha irá en tren y el estratégico Belgrano Cargas que atraviesa 13 provincias, es declarado en emergencia por el gobierno nacional.
El transporte fluvial desde el Norte por el Paraná, prácticamente no se utiliza y es de lejos el más económico. Pero se demoran las obras de calado del río y falta adecuar la hidrovía Paraguay-Paraná desde Brasil hasta Santa Fe para llegar a los 10 pies efectivos de profundidad..
La ineficiencia del sistema vial y la falta de obras de infraestructura, son temas que cansan: la construcción interminable de la autopista Rosario-Córdoba se inició hace más de 12 años y sigue en veremos; aunque la salida de la producción a los puertos ha mejorado, todavía el costo de espera diario se penaliza con $350; el robo de camiones por piratas del asfalto y el robo hormiga en los puertos, son problemas no resueltos.
La tasa del gasoil que recauda 1800 millones de pesos anuales fue creada para eliminar cabinas y hacer obras de infraestructura. ¿Alguien vio algo? Por ahora, se entregan montos a los concesionarios para compensar el descuento del 100% que, desde junio, deben hacer a los camiones de carga. ¿Y antes, qué pasaba?

Podríamos abundar en otros aspectos de nuestra realidad, pero son ejemplos que bastan para darnos cuenta de que algo grave le pasa a nuestro país: faltan estadistas con estrategias de gobierno que prevean las políticas y las necesidades del mediano y largo plazo; faltan gobiernos que cumplan con las promesas de obras que envejecen en el papel y que no engañen con llamados a licitación que se desactualizan y se repiten sin que se concreten; faltan hombres y mujeres de gobierno que dejen de pensar en cómo le sacan plata a los que ganan, para poder ellos invertirla en parches que, lejos de ser distributivos como proclaman, van deshaciendo el sistema productivo a ojos vista.

No hay más que ver cómo se manejan los países del primer mundo, los mismos que han pasado por las más crueles guerras destructivas de personas y de bienes, para caer en la cuenta de nuestra decadencia.

Emiliano Galli decía en La Nación (29-01), que las terminales portuarias de Buenos Aires son de los pocos eslabones no oxidados de la cadena logística y que la corrosión acecha los accesos terrestres y fluviales”. La rápida conclusión es que si la entrada y salida de la producción en los puertos no es fluida, se pierden ingentes recursos, tiempo y calidad.

El Secretario de Actividades Portuarias de Buenos Aires, pareciera tener en claro las obras requeridas y prioriza el mejoramiento de los puertos de Dock Sud, La Plata, Mar del Plata, Quequén, Bahía Blanca y sus corredores viales y ferroviarios de acceso. Ello es esperanzador, aunque llama la atención que no se hable también de la construcción de nuevos puertos de aguas profundas, lo que hace que estemos rezagados frente a Montevideo y Santos y que se encarezcan los fletes. (La Fundación Okita del Japón tiene importantes estudios de factibilidad al respecto). Esto es no tener visión de largo plazo, porque es sabido que para estos emprendimientos hay inversionistas privados y créditos internacionales.

El canal principal del puerto de Bahía Blanca tiene 45 pies y es el de mayor calado en el país. Nos asombramos entonces de que el puerto de Rotterdam tenga 75 pies de profundidad, 10.000 Has. de terreno o que la descarga de la mañana , ya esté a la tarde en sus destinos europeos. A todo esto, el puerto de Rotterdam, desde 2004 una corporación estatal, fue destruido en su 40 % durante la II Guerra Mundial y es ahora el 1º de Europa y el 6º del mundo en movimiento de contenedores, detrás de puertos asiáticos y del lejano oriente. Mientras, la Municipalidad local, ya está haciendo los planes para el 2020. Visión práctica de futuro.

Recorriendo otros puertos comprobamos que las obras de modernización que se planifican permanentemente, cumplen con su puesta en marcha en el tiempo establecido. Entre nosotros, sin embargo, ocurren cosas como lo sucedido en la construcción de las escolleras del puerto Quequén, previstas para el 2006, y que se inauguraron en enero de 2008.

Estos temas escapan a nuestras manos de productores, pero no deben pasar inadvertidos, ya que hacen al éxito de los resultados económicos que nos tocan a todos. Si no exigimos a los gobiernos las obras de infraestructura necesarias, las políticas de incentivo que pueden poner en marcha la rueda del desarrollo, la interacción entre lo público y lo privado para facilitar las inversiones, la transparencia en el gasto público, no podremos tener ese país que soñamos.

No es cuestión solamente de decir “todos debemos poner nuestro grano de arena”, “argentinos a las cosas”, si cada vez que empezamos a avanzar se levanta el muro de las máquinas de impedir, la ineficiencia y las medidas coyunturales que embarran la cancha.

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