El camino a las eleccionesEl camino a las elecciones de octubre estará jalonado de problemas. En Bahía Blanca la fábrica de urea de Profértil, en el mes de junio lleva más de quince días parada, ya que se le cortó el suministro de gas que es la materia prima que utiliza. Esto le significa una pérdida diaria de 1 millón de dólares por día. Pero significa también que se va perdiendo el 20% de la producción de un fertilizante que es vital para el trigo, la soja y otros cereales y pasturas.
La industria de limones de Tucumán no tiene suficiente gas para las fábricas de aceite y jugos. En las provincias productoras se suceden los cortes de energía eléctrica que afectan al empaque de fruta fresca. Los puertos de Rosario y Buenos Aires tienen faltantes de gasoil para los generadores de los contenedores reefer que funcionan con electricidad. La fábricas industrializadoras de leche no pueden trabajar con eficiencia. Hay que importar envases de plástico porque ha caído la entrega local.
A estos problemas de faltante de energía - sólo algunos ejemplos - debemos agregar que no hay gasoil ni GNC en las rutas, que funcionan menos ferrocarriles de carga, que el tren NCA está operando al límite, con las inherentes complicaciones, mientras el Belgrano Cargas no arranca.
En la Unión Europea y en Estados Unidos, el ferrocarril ocupa el primer lugar en el transporte de cargas, seguido por el sistema fluvial. A pesar de que cuentan con espectaculares carreteras, la causa principal de su utilización son los bajos costos. Una barcaza carga por unidad 1500 toneladas, el ferrocarril 40 toneladas, mientras 25 toneladas el camión. Esto significa asimismo una economía en combustibles y un menor impacto ambiental, amén de aligerar las rutas del tráfico pesado.
No podemos ignorar que la navegabilidad de los ríos y el transporte marítimo, deben ir acompañados de la eficiencia de los puertos como uno de los pilares básicos de la integración regional y con el resto del mundo. Sin embargo, hace poco, la empresa finlandesa ICTSI (International Terminal Services) participó de una licitación para construir la terminal 6, ex Intefema, del puerto de Buenos Aires, y su oferta fue descalificada “por ser demasiado importante”. A juicio de la Comisión evaluadora la competencia “por exceso de proyecto”, pondría en riesgo las terminales existentes (1,2,3 y 5). Créase o no, la empresa entonces se fue a Montevideo donde la recibieron con los brazos abiertos.
¿Qué nos pasa a los argentinos?¿Nuestra meta es seguir en el subdesarrollo mientras los países vecinos nos pasan por arriba? ¿Desde las altas esferas alguien está pensando, interpretando, anticipando, planificando, decidiendo? ¿O se le echará la culpa a los productores, que no saben producir con eficiencia, a los empresarios, a los malos políticos de antes? Vaya a saber. Todo es posible en el reino del revés.
El ciudadano común mira sorprendido y no entiende cómo puede ser que esa economía floreciente de la que tanto se habla, tenga estos tropiezos que nadie dice cómo se van a solucionar. Pero queda fehacientemente demostrado que un país no se puede manejar con una visión cortoplacista que, supuestamente, puede servir para ganar una elección cada dos años. El buen gobernante debe prever las consecuencias futuras de sus actos, debe anticiparse a los hechos e interpretar la realidad para planificar su estrategia de gobierno.
Lo que nos pasa a los argentinos que piensan, es que estamos cansados de tanta improvisación y de tanto cálculo electoral, de tanto despilfarro de los dineros públicos, de tanta ceguera y, en verdad, de tanta falta de visión y de coraje para enfrentar los desafíos del mundo moderno con creatividad, conocimiento y honestidad. Salvo que el plan de algunos sea otro.
